Para los amantes de la naturaleza: los 5 mejores miradores cerca de La Quinta
De un lado, se intuye la silueta de África. Del otro, extensos olivares, castaños y pinares se abren paso entre los pueblos de la sierra. El entorno de La Quinta, entre el litoral marbellí y el área protegida de la Sierra Blanca, ofrece numerosas opciones para conocer el paisaje desde diferentes perspectivas. .
5 miradores imprescindibles en la Costa del Sol
1. Mirador de los Altos de Marbella
Desde los poco más de 300 m de altura de este mirador se puede contemplar toda la bahía de Marbella hasta Puerto Banús y la localidad de Ojén por la cara norte. Es un lugar frecuentado por aficionados a la fotografía tanto de día como de noche, aunque su punto fuerte son los atardeceres.
2. Mirador del Macho Montés
Un monumento a la cabra montesa, especie características de la Sierra Blanca, corona este conocido mirador de la Costa del Sol. Se encuentra a 900 m de altura y está perfectamente acondicionado para el tránsito. Pese a las imponentes paredes de roca y a la erosión del paso del tiempo, es un lugar seguro desde el que disfrutar de unas vistas panorámicas que en ocasiones incluso permiten ver Gibraltar.
3. Mirador del Muelle de Honor
A los pies de la Torre del Duque, en el lateral sur del puerto deportivo José Banús, se abre un espacio ideal para contemplar el mar. El Mirador del Muelle de Honor es un lugar accesible al que todas las tardes dirigen sus pasos muchos paseantes para disfrutar de la esencia mediterránea en estado puro.
4. Ermita de San Miguel
Un lugar recomendado para amantes del senderismo dispuestos a un ascenso algo complicado en ciertas partes. Entre los empinados caminos de tierra es posible encontrar caballos salvajes, aunque el verdadero premio está en lo alto de este promontorio que ofrece unas espectaculares vistas del picacho de Istán y el embalse de La Concepción.
5. Mirador de La Concha
El pico de La Concha es un espacio singular a muy pocos kilómetros de Marbella. Su mirador ofrece amplias vistas del litoral que, en días despejados, alcanzan incluso las costas de Marruecos. Hacia el interior sorprende el ecléctico paisaje formado por pinares, bosques de castaños y olivares.